martes, 26 de febrero de 2008

¿Vienes a por mí? ¿Quién te envía?

No tengo interneeeeeeeeeeeeeeee. Por eso y porque soy un poco hijo de puta, tenía hasta ahora el blog un poco parado. Pero no desesperéis, que a partir de este Viernes tendremos Internet en el apartamento. Y podré escribir más a menudo para que vuestro entretenimiento no se limite a presenciar derrotas del Madrid y debates electorales.

Hoy cumplimos una semana teniendo apartamento y la verdad es que es mucho mejor que vivir en un puto albergue. El apartamento se encuentra en el cogollo (no tiene nada que ver con el hermano de Mouton) central de Auckland (que tampoco es muy grande) Está a cinco minutos andando de la Skytower y de Queen Street (que es algo así como la Gran Vía de Auckland) Tiene cuatro habitaciones, aunque tres de ellas son realmente pequeñas. Y cuando digo pequeñas es pequeñas (que es lo contrario de tan grande como una langosta). La habitación más grande va a ir rotando cada cinco semanas y el primer turno le ha tocado a Omar (maldito hijo de puta) Solo tiene un baño, pero por ahora nos estamos apañando bien. El salón y la cocina están en la misma estancia, pero nos viene muy bien porque así hay que andar menos. Tiene terraza y es una planta doce (tiene vistas a la Skytower, que cómo es casi el único monumento de aquí, pues está bien) Un día que me aburra haré un video para que lo veáis. Lo que menos nos gusta del piso es su falta de cajones y estanterías en las habitaciones, que hace que estemos ingeniando bricolaje vagabunderil a base de cajas de cartón. Los electrodomésticos son buenos (tenemos lavadora, lavavajillas, nevera, horno, microondas, vitrocerámica) y el piso en sí está semi-nuevo. ¿Cuánto nos cuesta al mes? Más bien a la semana, que aquí cuentan todas las cosas por semanas. Dado que hay que sumar agua caliente, electricidad, teléfono, Internet y consoladores, no sé el precio exacto, pero con eso incluido serán más-menos unos 480$ semanales. Lo que sale a 120$ por persona/semana (unos 66€) La verdad es que está barato. Además en el edificio tenemos un mini-gimnasio, una mini-sauna y una mini-piscina. No nos podemos quejar. Bueno, claro que nos podemos quejar. Puestos a tener cosas minis, bien que podrían haber puesto un mini-bar.

lunes, 18 de febrero de 2008

Aceptado en Harvard

No sé si será posible hacerme de alguna hermandad de letra griega, pero por fin se puede decir que tenemos apartamento. Está en el edificio Harvard (aquí le ponen nombre a todos los edificios) en la calle Hobson, muy muy cerca de la Skytower (es el pirulí que habréis visto en mis fotos, si es que habéis visto las fotos) Aunque solo llevábamos una semana buscando piso, la verdad es que estábamos bastante hasta los huevecillos. Primero miramos en el Internet y prácticamente no encontramos nada de lo que queríamos (apartamento en el centro) Asi que la búsqueda paso a ser bastante fructuosa, ya que consistía en ir de edificio de apartamentos en edificio de apartamentos preguntando. Fue una experiencia bastante interesante, ya que descubrimos lo raros que son los neozelandeses. Con lo fácil que es el típico cartel en la terraza en el que ponga “Razón portería” Pues no. De todas formas, aquí el “conceto piso” es diferente al típico bloque español con su portal y sus sangrientas reuniones de vecinos. En el centro solo puedes vivir en grandes edificios de apartamentos que parecen más bien un apartahotel.
Tras recorrernos todos los edificios posibles (tampoco hay cientos, aunque a lo mejor alguno nos dejamos) las opciones eran reducidas. Y al final, el único apartamento libre que se ajustaba un poco a lo que queríamos es el que finalmente hemos cogido, que nos ha tenido en vilo hasta el último momento. Y es que el Jueves pasado parecía que lo dejábamos apalabrado con la “gerente” del edificio Harvard. Nos dijo que teníamos que demostrar que teníamos la pasta, aunque no nos especificaba muy bien cómo (se quería ir a casa). Pim-pam-pum le preguntó si con un extracto del banco valía y la dijo que sí. Asi que Pim-pam-pum dejó su extracto del banco junto con los formularios que nos dijo que rellenáramos. Y cuando el Viernes fuimos a ver cual era el siguiente paso, nos dijo que no nos lo podía alquilar porque no teníamos dinero (y es que creía que Pim-pam-pum lo iba a pagar todo) La “gerente” es una tipa bastante incompetente, a la que dan ganas de timar. Cómo se puede ser tan gilipollas de dar validez a un extracto del banco donde no pone ni tu nombre ni tu numero de cuenta ni pollas en vinagre. Bueno, pollas en vinagre si que pone. Podríamos haber cogido un extracto del suelo, habérselo presentado y hubiera valido. Y también es ridículo que te haga demostrar que tienes suficiente dinero en la cuenta para afrontar los cuatro meses del contrato. ¿Acaso no sabe que puedo vaciar la cuenta al día siguiente e irme de Nueva Zelanda? En fin, que hoy imprimimos una captura de pantalla de lo que teníamos en la cuenta (que invento esto de la banca electrónica) y ha colado. Timadores y ladrones de España: Aquí con un cursillo de Paint eres capaz de dar validez a cualquier documento. Y además tienes a tu disposición medio millón de casas sin alarma. ¡Están locos estos neozelandeses!

domingo, 17 de febrero de 2008

Barbacoa y festival

El sábado quedamos con dos chilenos y dos brasileños para hacer barbacoa en nuestro albergue. Los chilenos son novios. Y la chica ha acogido a Omar como su pañuelo particular. Ya van dos veces que casi se pone a llorar en su hombro. Pobre chica, si supiera lo hijo de puta que es. Hay que decir que la barbacoa estuvo bien. Compramos ternera, cordero y cerveza. El cordero está a precio de ternera y está buenísimo. Y es que aquí tienen 10 ovejas por habitante. Después, jugamos un poco al billar gratuito del albergue. Renato, uno de los brasileños, se pasó durante todas las partidas diciendo “He’s maricón”, refiriéndose a su amigo brasileño, que no se inmutaba. Debe ser que le gusto la palabra. Y es que siempre que podemos difundimos el castellano. Por cierto, maricón en portugués se dice “viado” Tras hartarnos de cerveza y billar nos dirigimos a un festival donde había otra chavalería. Nos lo habían vendido como un festival de jazz a las 6 de la tarde, lo cual nos pareció un plan bastante fructuoso. Pero resultó ser como unas fiestas españolas de pueblo grande pero con estilo neozelandés. Había puestos de comida, musicote, mucho césped y la gente muy contenta. No me explico como estaban todos borrachos porque no veías a nadie bebiendo. Era muy raro. Por cierto, las jovencitas neozelandesas, cuando se emborrachan, tienen una manía extraña de ponerse a correr y gritar. Hablando de puestos de comida, lo primero que vimos nada más entrar al festival fue una bandera española con el toro de Osborne. Se trataba del famoso puesto de comida Paella-Pan. Está regentado por un español (o no) “Hola, ¿eres español?” “Si” “¿De dónde?” “Perpignan” “Pero eso no es España, es Francia” “Pero está muy cerca” Con dos cojones. Y es que los de Bilbao nacen donde quieren, la ostia. Mientras intentábamos encontrarnos con los que se supone que habíamos quedado, dimos por alli una vuelta, nos comimos una especie de filete de mejillones empanado y escuchamos un poco de un concierto. Después Giordano intentó desintegrar a Alberto, pero no lo consiguió. Asi que segundo intento fallido. Por ahora, estos dos hijos de puta siguen vivos. Pero dicen que a la tercera va la vencida. A ver si hay suerte.

Mi primer cubata

Han tenido que pasar dos semanas pero por fin he podido beber mi primer cubata neozelandés. Fue Red Label con Coca-Cola y costó 7$ neozelandeses (que son así como 650 pesetas) Lo sirvieron en un “vaso de whisky solo”, que es más pequeño que nuestros vasos de cubata, pero lo cargaron bastante. La Coca-Cola te la echan de grifo con una manguera que tienen. Pero bueno, por lo menos tienen cubatas. Hay otros sitios (como por ejemplo Gales) que ni entienden lo que es. El cubatilla nos lo tomamos (Alberto y yo) en una especie de bar brasileño, en el que al ir al baño te encontrabas de repente con un montón de máquinas tragaperras con chinos jugando. Eso fue el Viernes, cuando después de cenar en un koreano barato, quedamos con Pim-Pam-Pum, una brasileña llamada Tatiana y un koreano de cuyo nombre no me acuerdo. Luego se unieron al grupo tres brasileños y otra tailandesa. Y en el bar brasileño aparecieron un japonés y un español. Esto parece un chiste. El japonés es el que va a mi clase de la tarde que siempre me pregunta por las tapas. Esta semana había venido a nuestro albergue a beber cerveza junto con otro japonés andrógino. Es mu majete y toca el guitarrín. Al español le conocimos en nuestro albergue y va también al LSI. Al parecer somos a los segundos españoles que ve en tres meses que lleva aquí. El primero que vio, nada más llegar, se iba ya para España. Y ahora el también se pira para Barcelona, asi que parece que nos vamos dando el relevo. Después del bar brasileño, vagamos un poco por las calles y luego nos dirigimos al puerto (a la zona pija del primer día) A pesar de que esta vez todos llevábamos pasaporte, no nos dejaron pasar en el primer sitio (no les gustaban mis deportivas negras, con lo bonitas que son) Pero en el segundo, tras una inspección anal, nos dejaron pasar (gracias hijos de puta) Estuvimos un ratejo dando unos bailoteos y para casa. Que si no pillas el nocturno de las 3, te tienes que esperar a las 6 y no había fuerzas (vamos, que no estábamos borrachos)

miércoles, 13 de febrero de 2008

Buscando piso

Esta semana estamos dedicando las tardes a buscarnos un apartamento. El Viernes se nos termina el albergue, asi que corre más o menos prisa. La verdad es que por lo que estamos viendo no son caros. Más o menos nos saldrá a unos 300€ por cabeza. Los apartamentos están todos en edificios altos y modernos. Y en el centro. La verdad es que lo de vivir en el centro es interesante, ya que ahorramos el tiempo de los desplazamientos y no dependemos de horarios absurdos de autobuses. Además el centro de Auckland mola. Tiene las cosas buenas de un centro de una gran ciudad pero sin delincuencia, con parques y cerca del mar. Se quiere venir a vivir con nosotros nuestra amiga tailandesa Pim-pam-pum. La verdad es que estaría bien porque así nos obliga a hablar todo el rato en inglés. Aunque por otro lado no podría pasearme por la casa en pelotas con mi sombrero de vaquero, como acostumbro. La chica es muy maja, aunque si le coges un caramelo te hace comprarla la caja entera. Cosas de Tailandia, supongo.


P.d: He publicado nuevas fotos en el album “Bocabajo” Son mayoritariamente de cuando fuimos a la playa de Mission Bay en el Waytangi Day, y de cuando fuimos a Waiheke Island. Las nuevas comienzan en la foto 120 que se llama “
Atravesando una selva dentro de la ciudad el día que andamos tres horas para ir a la playa”

lunes, 11 de febrero de 2008

Waiheke Island

Ayer Domingo estuvimos en Waiheke Island, una de las islas al norte de Auckland. Habíamos quedado con Khaled y con un montón de chinorris. Tuvimos que pegarnos un madrugón, pero pude superarlo gracias a que estoy acostumbrado a estar despierto los Domingos por la mañana junto a chinos. Sé que el término chinorris puede parecer despectivo, pero es que sino cada vez que tuviera que nombrarlos tendría que decir varias nacionalidades, queridos amigos y amigas. En realidad eran varios koreanos, una thailandesa (nuestra amiga pim-pam-pum, que por cierto me cae de puta madre) y un animal japonés. Cogimos un ferry que nos dejó en la isla en 35 minutos, no sin antes ver estupendos paisajes de las islas de alrededor y demostrar que el viento y el frio no nos afectaba (arriba en el ferry como debe ser), como chicos del Sur que somos.
Una vez en la isla, alquilamos un monovolumen (Nota para Javi y Mouton: Era un Toyota nosequé gasolina, bueno, al parecer aquí prácticamente todos son gasolina) Se lo alquilamos a un tipo que pasaba por allí y a un precio ridículo. Lo más sencillo es pensar “Tongo tongo”. Pero chavales, no estamos en España donde somos todos unos hijos de puta. Estamos en Nueva Zelanda y resulto no tener truco. Para que os hagáis una idea, nos salió en total a 5€ cada uno. Y porque nos dio por echarle gasolina por si acaso (que luego no hizo falta) Asi que allá fuimos los 9 a recorrer la isla con nuestra furgonetilla. El conductor fue Omar, que es experimentado conductor. Ha trabajado de ello y aparte está muy fuerte. Se podría decir que conduce mejor que Alonso pero peor que Hamilton. La verdad es que enseguida se hizo a eso de conducir por la izquierda.
Ya en marcha, lo primero era lo primero y fuimos directos a una bodega. Decir que no es que seamos unos borrachos, sino que es porque esta isla es famosa por sus vinos. Mentira, somos unos borrachos que no tenemos ni puta idea de vino. Pero todo lo que sea beber es bueno. Probamos 7 vinos diferentes, mientras la muchacha nos explicaba las características de cada uno. Pones cara de entendido y luego venga, a beber vinarro. Le dijimos que en España había también muy buenos vinos y le indicamos el Rioja, el Jerez y algún otro. Sacó un libro y lo busco interesándose y departiendo sobre ellos. Si supiera que mi vino preferido es el Cumbre de Gredos… (Todos los días buen vino)
Después de entrar en calor con el vinarro, fuimos a una playa cojonuda cojonuda con pechos gordos. El día estaba nublado y había llovido, pero ya habíamos dicho que eramos chicarrones del Sur (de Nueva Zelanda, claro) Asi que los españoles y Khaled (los chinorris son un poco gayers) nos dimos un bañito en el Pacífico. Que resulto no ser tan pacífico, porque vaya cantidad de olas. Ni en Benidorm. Tras recorrer media isla en carromato, tocaba comer. Chinorris restaurante, Españoles+Khaled sándwiches. A las excursiones al campo se viene con los bocatas, ostia. Tras la comida y la típica siesta entre viñedos privados, nos dirigimos a otra playa. Un poco de hacer el fructuoso y a explorar un poco la zona. Encontramos un chalecito llamado “Casa Catalana” Asi que foto de rigor y a cantar el himno del Barça. Al final se unieron todos los chinorris y quedo la mar de absurdo. Pero si Nuñez levantara la cabeza seguro que se emocionaría. Luego hicimos la típica broma de “uibá, he perdido las llaves del coche” La broma duró 30 segundos y todos los chinorris se lo tomaron bien y se rieron. Menos el hijo de la grandísima perra del japonés, que le dijo a una koreana “Spanish” Lo cual nos picó bastante, asi que estuvimos el resto del viaje insultándole en español. Además, debería saber que no somos españoles, somos hijos de puta. Después el tío se cubrió de gloria cuando intento dar una propinilla a Omar por haber conducido. Menudo gilipollas, que le quería dar 1$ neozelandés, que es algo así como 0,55€.
Y para finalizar, ferry de vuelta bebiendo cerveza. Como deberíais saber, todo viaje se empieza y se termina en condiciones. Si no, ni es viaje ni es nada.

sábado, 9 de febrero de 2008

Primer intento fallido

Ayer Viernes nos dispusimos a conocer Auckland de noche. Habíamos quedado con Khaled y Pum (la thailadesa que cuando dices su nombre parece que estás onomatopeyeando un disparo) La gente parece un poco gayer para esto de salir y Omar(iquita) el que más, que puso la excusa de que tenía los pies en carne viva para no salir. Asi que Alberto, Khaled, pin-pam-pum y yo nos dispusimos a buscar lugares donde nos dieran de beber. Primero fuimos a la zona del puerto, que parece ser una zona un poco pija. Acojonante el repaso visual que te hacían los puertas para dejarte pasar. Alberto pareció disconforme con esa humillación pijoteril porque decidió dejarse el pasaporte en casa y así conseguir que los puertas nos dejarán fuera. Visto lo visto, tampoco importó tanto. Asi que decidimos abandonar la zona pija para ir hacia Karangahape Road (a.k.a.“K” Road) que es la calle de la gente mala, en busca de bares sin puerta. Por lo visto aquí piden la identificación a todo cristo, incluso se la pedirían a la Seño y a Bea, que siguen aparentando 17. Es un piropo, más quisiera yo que estoy hecho un escombro. En “K” Road hicimos un repaso a los baretos y todos parecían tener puerta salvo un par. Al final acabamos en el bar donde tomamos las birras después del curso, que la verdad es que tampoco está mal. Se esta a gusto, las camareras son/están bastante majas y pusieron buena música (un par de canciones punk, que ni el Pipas en sus mejores tiempos) Y después de eso, comprobamos que todos los bares tenían puerta y pedían la identificación hasta al alcalde de Marinaleda. Asi que decidimos recordar a Alberto lo hijo de puta que era e ir al McDonalds (creo que es 24 horas) a tomarnos una hamburguesa como niños buenos. Después pillamos el nocturno (menos mal que había autobuses nocturnos porque salimos a lo loco) y para casita a descansar. Vamos, una fiesta acojonante. Esperemos que posteriores intentos sean más fructíferos porque este resultó ser bastante fructuoso.

Por cierto, Omar y Alberto están intentando superarse en gañanez. Alberto anoche no solo se olvidó el pasaporte en casa, sino que se dejó la puerta de la habitación abierta con las llaves puestas (con el portátil y demás en plan self-service) Pero bueno, tampoco es la primera, ya que el primer día de curso, llegó una hora tarde porque se olvidó las llaves dentro de la habitación. Al día siguiente, el Martes, se dejo la mariconera (el nombre no es casualidad) en el LSI con el pasaporte dentro y estuvo hasta el Jueves (el Miércoles era fiesta) sin él. Y todo esto en apenas una semana. Pero bueno, si Alberto cualquier día se olvida de vestirse y le detienen por escándalo púbico, Omar hace oposiciones para morir rápidamente. Tiene unos huevazos tremendos a la hora de cruzar (me recuerda a Animal en el Interrail) Y eso aquí, donde los coches circulan al revés y van muy rápido, es especialmente peligroso. De hecho, ayer estuvo a punto de morir. Empezó a cruzar la calle cuando venía un deportivo a toda ostia (que no había visto porque no había mirado, básicamente) y casi se lo lleva por delante. Lo siento por sus herederos, aun sigue vivo y más hijo de puta que nunca. Esperemos que en el segundo intento haya más suerte.

jueves, 7 de febrero de 2008

Waitangi Day

Ayer fue el Waitangi Day. Es la fiesta nacional de Nueva Zelanda, que conmemora cuando los maoríes (los indigenas de aquí) llegaron a un acuerdo de convivencia con los britanicos. Vamos, que ayer no tuvimos clase. Asi que decidimos ir a Mission Bay, donde hay una de las playas de Auckland. Habíamos quedado allí con Giordano, Khaled y con una tailandesa llamada pan ó boom o algo así. El caso es que perdimos los buses que nos llevaban (al ser fiesta, el siguiente era a las dos horas) y como somos de Bilbao pues dijimos: “Aibalaostia, vamos andando pues” Solo fueron tres horas de nada. Y es que Auckland es grande de cojones. El largo trayecto nos sirvió para atravesar una reserva que hay dentro de la ciudad (parecía que habías entrado en la selva y seguías estando en Auckland) y para ver a un montón de maoríes reunidos celebrando su fiesta. Los maories están todos la hostia de fuertes. Casi tanto como Bonache.

En Mission Bay nos esperaban los chavales con un montón de chinorris de todo tipo. Luego fuimos un poco a la playa, donde yo bebí L&P (la bebida neozelandesa, que sabe a Casera con limón) mientras la muchachada bebía alguna que otra cerveza. No preguntéis porque no bebí birra. Asi que así pasamos el Waitangi Day. Un poco de andar, un poco de playa y sobre todo, un poco de quemarnos. Estamos los tres rojos. Omar un poco menos por motivos evidentes (es un hijo de puta) Alberto dice que es por el paso brusco para la piel del invierno al verano. También suponemos que tendrá algo que ver que por aquí el agujero de la capa de ozono es más grande. Pero tranquilos, hemos comprado Aftersun, aunque aquí en vez de llamarlo Aftersun lo llaman Aftersun. Gente rara.

Por cierto, hoy la koreana me ha vuelto a decir que me quiere. “Hola ¿Cómo estás? Te quiero” A veces pienso que la debería haber enseñado a decir “Me golpearon con una pala en la cara” Y es que los koreanos son así como aplanaos, y tienen muchas curiosidades. Al parecer le dan mucha importancia a la edad y si alguien es mayor que tú (aunque sea un año) le tienes que saludar de forma diferente. Y su edad empieza a contar cuando su madre se queda embarazada (no me preguntéis como saben el día exacto) Lo dicho, gente rara.

martes, 5 de febrero de 2008

...Y la koreana me dijo "Te quiero"

Ayer empezamos el curso en el LSI Tenemos contratado un mes de curso intensivo. El horario es de 9 de la mañana a 4 de la tarde, con una hora para comerte un sándwich u dos (a las 12:45 y con clase después a ver quien se pone a comer en serio) Estos hijos de puta te hacen adaptarse a su horario sí o sí. El sitio está bien porque aparte de aprender inglés, conoces gente. En mi clase hay un árabe, una alemana, varios koreanos, varios japoneses, una brasileña, un colombiano, un turco y gente de diferentes nacionalidades que o no conozco o no recuerdo. Está bien que no haya de habla hispana porque te obliga a estar 100% en inglés. Por cierto, a los orientales no hay quien les entienda. Vaya forma de hablar más extraña. Pero bueno, ya digo que lo interesante es conocer gente lo menos fea posible. Ayer estuvimos comiendo con dos italianos y hoy con una colombiana. Después de clase hemos ido a tomar birra con el árabe (no bebe birra pero vodka y ron sí y no es coña) y con un italiano. El italiano no tiene ni papa de inglés pero es un crack. Giordano se merece una entrada aparte, que si no decepciona, la tendrá más adelante. El LSI éste está bien porque organizan bastantes actividades, no sólo culturales, sino en plan ir a tomar margaritas o jugar un partido de fumbol. ¿Las clases? ¿A quién le importan? Ah, ¿Qué habéis aguantado leyendo hasta aquí solo por el tirón del título? Pues la chica no sólo se ha declarado una vez, sino varias veces. Lo malo es que junto a ella lo hacía un árabe llamado Khaled. El caso es que los chinorris se interesan mucho por España. La koreana quería saber algunas palabras en español y parecía no estar muy convencida de si lo decía bien porque lo repetía una y otra vez. Y ahí tenía yo a una koreana y a un árabe declarándome su amor.

P.d: He colgado unas cuantas fotucas y videucos en el espacio web (En el link que hay a la derecha llamado "Bocabajo")

domingo, 3 de febrero de 2008

Primeros días, primeras impresiones

A lo tonto, a lo tonto, ya llevamos tres días aquí. Los hemos gastado en instalarnos y en patearnos un poco la ciudad. Digo patearnos porque hemos andado un huevaco. El albergue está situado en una zona residencial. Para llegar a una zona comercial tenemos que andar unos 15-20 minutos. Pero vamos, esto aquí funciona así. Por un lado casas y por otro comercios. ¿Os acordáis del Simcity? La ciudad es muy muy extensa. Son millón y pico, pero todos viven en chalecitos y claro, es lo que tiene. Y por ende, también son muy de usar el coche. Parecemos los únicos pringaos que usamos las piernas para desplazarnos. Ésta forma de ciudad tampoco es que me agrade mucho, pero por otro lado Auckland tiene un puñado de cosas positivas. Parecemos decididos a solo estar dos semanas en este albergue y cambiarnos a un sitio más céntrico, donde la ciudad es ”más urbana” (que es lo que me pone), aunque no le faltan parques.

El albergue tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las ventajas podemos encontrar que la cocina es amplia y los baños están limpios. Entre las desventajas, pues su emplazamiento y que en la cocina hemos tenido que comprar platos, vasos, cubiertos, cacerola, sartén, etc. Y aparte sólo tienen una nevera hiperpetada que huele mal. La puerta de mi habitación tenía una ventana translucida que daba al pasillo, lo cual me parecía un poco fructuoso ya que no me podía tocar agusto. Pero mangue una alfombra que parecía no tener dueño y la hemos colocado con cinta aislante en la ventanuca. Ha quedado muy bonita. Ya he colocado el collage en un corcho que hay. Lo había plastificado en Madrid y lo he colocado de tal forma que las chinchetas sujetan el collage pero no lo “pinchan” El Okalimotxo lo tengo debajo del portátil, hasta conocer gente con quien usarlo. En el albergue hay gente variopinta, que no son muy de saludar, salvo unas alemanas que hacen un “Jelooou” muy musical y un tío muy raro pero que parece buena gente.

Los neozelandeses en general son extrañamente abiertos. El dependiente de la tienda te da palique, la gente te pregunta si todo va bien sin conocerte de nada y te desea un buen día. Son raros y majos, repito. Con los que más hemos hablado es con una colombiana y un cubano. El idioma es lo que tiene, aunque venir aquí para relacionarte con latinos ya tiene cojones la cosa. La colombiana trabaja en una cafetería en la que nos tomamos un café y curiosamente estuvo en la misma academia en la que nosotros comenzamos mañana (aunque no iba nunca, nos dijo) Que vino aquí un poco como nosotros y que consiguió curro ahí de camarera. Al cubano nos lo encontramos en una calle que nos dijo que por la noche era de gayers y prespitutas (tenemos buen ojo). Nos contó que con él había 16 cubanos y que había unos 150 españoles. Nos indicó el bar en el que trabajaba y que si le necesitábamos para algo ahí estaba. Muy majete, aunque a saber luego si nos ayuda si lo necesitamos.

En general, la impresión de la ciudad y la gente de aquí es buena. Auckland es muy moderna, multicultural (muchos orientales) y agradable. Y los neozelandeses son abiertos y amables. Aunque ya digo, que esto es una primera impresión. Me quedo para corroborarlo.

El viaje

A las 5:45 de la mañana del día 30 de Enero nos plantamos en la Terminal 1 de Barajas para coger nuestro amado EasyJet en dirección Londres. Esta vez no cancelaron el vuelo, aunque nos clavaron sobrepeso. A mi solo 1 Kg. No estaba seguro de que en NZ vendían pesas y no podía arriesgarme a perder mis músculos. Cogimos un bus de únicamente 19 libras para ir de Gatwick a Heathrow, y facturamos tranquilamente. Todo salió más rápido de lo esperado. Tras los bocatas de rigor, nos dirigimos a coger nuestro Boeing 747 con destino a Auckland (vía L.A.) Menudo avionaco. Tenías una pantalla para ti sólo con unas montón de películas, series, juegos (tremendo el Mini-golf) y documentales absurdos sobre Auckland que te quitaban las ganas de ir para allá. Por lo menos la que lo presentaba tenía los pechos gordos. La única putadilla del avión fue que a Omar le sentaron separado, pero como es capaz de dormir de pié, espero que no le fuera para tanto. Alberto, con su gran capacidad para relacionarse con guiris (veáse Erasmus) le dio palique a la maja que tenía al lado. No hubo sexo. Asi que cubrimos el déficit a base de comida. Los hijos de puta querían cebarnos, pero la verdad es que te entretenías. Por supuesto, como buen boiseador, me fije si la gente pagaba algo a las azafatas antes de aceptar la primera comida. Al descubrir que había barra libre, pues alguna Coca-Cola Light que otra cayó. Solo tres birras. No estaba borracho, pero aun así agredí a un sobrecargo (Porque Asturiaaaaaaaaaaas es mi patriaaaaaaa)

En esta parte del viaje (la que nos llevó a L.A.) nos pasó una cosa bastante absurda. Y es que nos anocheció el día 30 y luego nos lo desanocheció. Es porque el avión fue por muy al Norte (Alberto me explicó que va por ahí porque es más rápido porque la tierra blablabla y yo le dije aaaah que interesante) y al bajar pues ahí todavía duraba el día 30. Una rayada. Otra cosa que nos entretuvo es rellenar el formulario ese de “¿vas a matar al presidente?” Aunque creo que es una leyenda urbana, porque esa pregunta no estaba. Pero los yankis no decepcionaron porque nos preguntaron si éramos genocidas nazis. Que más quisiéramos. Genocidas, a secas.

Por fin llegamos a L.A., donde debíamos estar dos horas en lo que cambiaban la tripulación y recargaban combustible y esas cosas. ¿Qué decir de EEUU? Pues es un país donde haces una cola, enseñas el pasaporte y un formulario. Luego te mandan a otra cola. Un policia te toma las huellas dactilares sin comerlo ni beberlo y te hace una fotuca para ponérsela en la cartera. Luego te da palique acerca de los tópicos de tu país (Barcelona muy bonita, ¿Madrid mejor? Pero no tenéis a Gaudi. Pero tenemos el Museo del Prado. ¿El qué? Da igual. Bullfighting por la tele. A mi no me gusta el bullfighting. Pues a mucha gente si en España. El tío estaba convencido de conocer el spanish state mejor que yo, asi que opte por bailar unas sevillanas y tirar pa lante) Después te mandan a una sala y adiós EEUU.

La segunda parte del viaje me la pase principalmente durmiendo y comiendo. Durmiendo porque a lo tonto ya se habían hecho las 5 de la mañana hora española y en los dos últimos días había dormido en total 8 horas. Para deciros que el despegue me lo pase sobando y sin enterarme. Y comiendo porque no podías decir que no a pesar de no tener hambre. Por cierto, se me ha olvidado comentar los estupendos desayunos a las 7 de la tarde hora de L.A., 1 de la madrugada hora de Madrid y 1 de la tarde hora de Auckland. Debe ser que los del avión eran chinos y querían llevar su horario o algo así. Pero el caso era cebarte. Tras 12 o 13 horillas de ná, por fin llegamos a Auckland. Hay varios controles antes de entrar, pero los aduaneros son majetes y no nos ponen mayor problema. Entregar su formulario lógico (y no absurdo como el yanki), enseñar billete de vuelta, pasaporte y responder algunas preguntas sobre a que vienes, a qué te dedicas y si introduces un papagayo. Al final no nos hacen demostrar que tenemos solvencia para entrar al país. Paso un momento de bastante mosqueo cuando han salido todas las maletas y falta la mía. También faltaba otro bolso de Alberto, pero en mi caso era lo único que había traído. Se mascaba la tragedia, no quedaba gente en la cinta y no paraban de repetirse maletas durante varios minutos. Pero salieron y no hubo drama.

Nada más salir del aeropuerto ya se notaba el ambiente a costa. Y en general, las sensaciones eran diferentes. Y es que estábamos al otro lado. Cogimos un buseto para ir a la ciudad y ya empezamos a sentir el estilo New Zealand. El busero era raro y majo a la vez. Usea, por lo que llevo visto aquí, como todo el mundo. Del bus nos bajamos donde más-menos pensábamos que nos venía mejor y después tuvimos que coger un tren (por el número de estaciones en ciudad parecía que iba a ser un metro, pero es un tren, y bastante lento) en la modernísima estación de Britomart. Tras bajarnos en Remuera Station, andamos con las maletas a cuestas a través del chaletar y llegamos a nuestro albergue. Los viejunos que lo regentan hablan rápido y no paran de reírse y hacer bromas. Pero son buena gente. Raros y majos, ya os dije.

sábado, 2 de febrero de 2008

Ja sóc aquí

De hecho sóc aquí, desde hace un poco más de 24 horas, pero hasta ahora no he tenido tiempo para escribir. Para que me tengáis localizado, deciros que escribo desde aquí, desde la sala del internete de Rocklands.
El viaje hasta aquí fue bien, menos duro de lo que pensaba, pero le dedicaré un capitulo aparte en posteriores boletines, ya que se lo merece.
El jet-lag creo que está superado. Ayer hicimos horarios de comida normales y me acosté a las 10. Mi cuerpo desde el Miércoles debe pensar que me he vuelto gilipollas, pero por ahora no protesta. Ayer a las 6 me dijo que no se movía, pero le amenacé con dejarle sin cerveza y se acojonó (por cierto, he probado ya 3 cervezas neozelandesas diferentes)
En general, esto de venirse a las antípodas es una mariconada. El viaje se te pasa entretenido y el jet-lag, si estás acostumbrado a hacer chino Jose y el Lunes madrugar, no tiene más historia. El caso es que Nueva Zelanda tiene buena pinta. He de decir que son raros, pero anda que no sois raros vosotros, hijos de puta. Y otra cosa, unas pocas horas aquí me han valido para confirmar que son todos feísimos. Pero buena gente.
Os dejo que tenemos que ir a buscar comida, que por muy majo que sea el chino Mr.Chips y por muy bueno que estén los Kebabs gigantes, hay que alimentarse más sano y barato e ir a encontrar un supermercado (hasta ahora ni rastro).
Os mantendré informados, que hay un huevo (y parte del otro) de cosas que me faltan por contar.

P.d: Muchas gracias por todos los sms deseándome buen viaje (alguno recibido en Londres, alguno recibido en Auckland) y por todos los comentarios.